· 

Psicopatología, sufrimiento, sentido...

Abril 08 de 2019

Encuentro virtual

 

Texto: Psicoterapia y existencialismo (los 3 primeros capítulos)

Participantes: Juan Carlos Carvajal (docente acompañante), Carolina Herrera, Jesús Egidio Cárdenas, Esteban Higuita.

Hora: 8:17 pm

 

Transcripción:

 

Esteban: cuando estábamos hablando sobre el psicodiagnóstico; dijimos que nosotros usamos más el psicodiagnóstico en términos estadísticos, para tener ahí una información, pero no es lo propio de nosotros. Usamos el diagnostico para saber las características de la personalidad, para saber qué es lo que el paciente tiene en ese momento ¿cierto?

 

Juan Carlos: como hablábamos la vez pasada, el ejercicio del diagnostico para los humanistas es un ejercicio…

 

Esteban: igual operamos desde el DSM

 

Juan Carlos: lo que pasa es que no tenemos alternativa, si nosotros vamos a trabajar desde una perspectiva clínica, en un contexto jurídico como el de la psicología colombiana; jurídico quiere decir: que hay una reglamentación alrededor del tema. Pues igual tu tienes que tener la capacidad de dar razón de eso. La diferencia está en que cuando tú hablas desde un punto de vista más médico, tu dices: voy a desarrollar un proceso para hacer un tratamiento para la depresión. Lo que yo hago, es coger las características que estadísticamente son comunes a la categoría que llamamos “depresión” y desarrollo estrategias para tratar esos síntomas en particular.

 

En ese sentido, yo estoy trabajando es con la “depresión”, pero el humanista en general y el logoterapeuta no trabaja con la depresión; trabaja con una persona que tiene depresión o síntomas depresivos. Por eso no hay manuales diagnósticos o manuales de tratamiento humanista frente a la depresión o a la esquizofrenia o al TOC. ¿Por qué? porque nosotros no tratamos las enfermedades sino a las personas y cada caso es diferente. ¿pero que pasa? Como es un lenguaje profesional, universal, nosotros tenemos que ser hábiles en manejar ese lenguaje universal, porque ¿qué va a pasar el día que toque hacer una interconsulta? ¿Qué va a pasar el día que la persona que está en terapia con nosotros nos haga una barbaridad o intente hacerse daño y un juez nos pida una historia clínica o una impresión diagnostica? ¡que le vamos a decir?... es que el man estaba, así como medio triste… si estaba como medio mal, pero yo no creí que tanto… usted tiene que ser capaz de referirse a la categoría diagnostica. Eso es lo que se espera de usted, lo que profesionalmente se debe de hacer. El tema no está entre si se vale hacer o no hacer eso, el tema más bien está, en sí nosotros como profesionales tratamos la depresión o la persona; ahí es donde está la diferencia.

 

En la medida en que nosotros podamos tratar a la persona, la categoría diagnostica es accesoria a la real situación que se está presentando en el momento real de la persona.

 

Simplemente es un código que nosotros los profesionales usamos para referirnos a determinadas condiciones de la salud mental de los pacientes, pero no es el centro ni el objetivo del tratamiento.

Hay un libro que se llama: libertad y destino en psicoterapia de Rollo May.  Rollo May es un psicoterapeuta existencial, no solo humanista sino existencialista. Empieza el libro preguntando ¿cuál es el propósito de la psicoterapia? Una posible respuesta sería; el propósito de la psicoterapia es la curación, pero eso es impreciso, porque en realidad nosotros no es que curemos a nadie, en el mejor de los casos logramos ayudarle a recuperarse hasta un cierto punto; pero tanto, así como curación, difícil.

 

Dice: bueno es la adaptación. Pero, ¿a qué vamos a adaptar al paciente? ¿A un sistema que es injusto, xenófobo, desigual en donde lo que busca es que todo el mundo sea lo mismo? No mucho.

Bueno, entonces es detener la ansiedad… y dice Rollo May: pero es que la ansiedad es el motor del ser humano, es la ansiedad la que se encarga de que el ser humano se mueva y funcione. ¿entonces por qué deberíamos quitarle la ansiedad? Como dice Kierkegaard en su existencialismo: lo que hay no es dejar de angustiarse sino aprender a angustiarse. Cuanto tu vez que puedes quedarte sin trabajo si no cumples con tu obligación; eso te genera ansiedad y te lleva a que tu hagas lo que se espera de ti en el trabajo.

 

Cuando tu vez que tu hija se sube al borde de una cerca y se puede caer; sales corriendo y la bajas antes de que se lastime porque te genera ansiedad y la ansiedad te hace moverte. El problema de la ansiedad es cuando se torna paralizante, cuando te concentras tanto en la ansiedad que no puedes seguir trabajando y no puedes seguir adelante. Esa es la ansiedad que hay que combatir, pero ella misma no es el problema; el problema real consiste en: cuando tú no sabes o no eres capaz de manejar esa ansiedad.

 

Son de alguna manera desde el punto de vista existencial, las estrategias inadaptativas del manejo de la ansiedad las que generan la enfermedad mental.

 

Si tu te das cuenta: todos le tenemos miedo a la muerte, eso es perfectamente natural y lógico en los seres humanos. Pero cuando el miedo a la muerte se convierte en el miedo a la enfermedad y el miedo a la enfermedad como estrategia se convierte en: “evitemos a cualquier precio tener cualquier riesgo de enfermarnos”, terminamos en un TOC, en una germofobia. Pero es la ansiedad mal manejada. Sin embargo, si no existiera esa ansiedad, nosotros seriamos perfectamente imprudentes si no te lavas las manos… ¡no! Pues claro, porque existe un nivel apropiado de ajuste a eso, un nivel que no te resulta paralizante. Entonces, lo que dice Rollo May es: para mí, el propósito de la psicoterapia es “devolverle al paciente la libertad que el síntoma le restringe”.

 

Cuando tú tienes una obsesión, por ejemplo, una germofobia. Tu no puedes evitar lavarte las manos, no puedes ir a un restaurante, no puedes sentarte en un bus… el síntoma te amarra.

 

Cuando tú tienes una adicción la adicción puede más que tú. Ahí es cuando ya tú te das cuenta que eres adicto. Cuando tu dices: “hoy bajo ninguna circunstancia me lo voy a fumar”, pero a los 10 minutos ya estás metiendo, porque no lo puedes evitar…

 

Realmente ¿Cuál es el asunto? El asunto es que la psicopatología como tal es sencillamente un código convencional, y la mejor prueba de ello es que metemos y sacamos enfermedades según lo que socialmente sucede, por ejemplo: si no fuera convencional… ¿cómo pudimos haber sacado la homosexualidad como trastorno? La homosexualidad, si fuera una enfermedad como tal, no podría sacarse más de lo que podríamos sacar la epilepsia o la diabetes de los códigos de enfermedad, eso siempre va a seguir siendo una enfermedad; no depende, es una enfermedad y punto. Es un mal funcionamiento del cuerpo. En este caso en cambio, cambiamos el criterio porque sencillamente hay una mayor presentación de conductas homosexuales hoy en día y ya no lo consideramos enfermo. ¡ojo que no estoy criticando a los homosexuales! Estoy hablando del concepto de enfermedad en tanto la homosexualidad.

 

Entonces, eso desbarata la noción de que esas enfermedades sean como tales entidades propias, son entidades que son enfermedades porque están corridas o sacadas, son excéntricas, no hacen parte de lo normal que es toda la mitad de la curva de la campana de gauss, eso es lo normal, no más.

 

Esa es la critica nuestra frente al diagnóstico. No quiere decir que no sepamos manejar el DSM IV, ni que no sea importante poder hacerlo para poder desarrollarnos en un ámbito profesional clínico.

 

Egidio: ahí, uno lo que tendría que mirar sería esa logoterapia especifica y no especifica que habla en algunos documentos de Viktor Frankl ¿cierto?

La especifica que es esa crisis existencial que se presenta en algún momento y la no especifica que seria los problemas digamos normales: las obsesiones, compulsiones, fobias ¿cierto?

 

Juan Carlos:  también tienes que tener en cuenta que hay dos modelos de trabajo en logoterapia: el modelo clásico, original de Elizabet Lukas y Viktor Frankl, que reconocía que la logoterapia era un complemento a la psicoterapia y por consiguiente tu podías utilizar cualquier estrategia, técnica o modelo que consideraras pertinente para reducir el síntoma y posteriormente entrar en lo existencial para prevenir la recaída cuando el tema era no específico.

 

El modelo actual latinoamericano que es lo que más se hace en el mundo de lo que se hace en logoterapia, se hace en Latinoamérica; considera que sí es posible tratar cualquier enfermedad desde las herramientas propias de la logoterapia… ese es el ejercicio, eso es lo que se cambia hoy en el tema, pero también es una cuestión de conocimiento y de la habilidad clínica que cada cual tenga.

 

Hay un libro interesante sobre eso que se llama: los modos de ser inauténticos de Efrén Martínez… sería una visión más clínica ligada al DSM.

 

Esteban: en esta lectura, hablaban un poco de la distinción entre el planteamiento del psicoanálisis que es toda la parte del placer y la psicología conductual que es con todo lo del poder, y la logoterapia que es con todo lo del sentido de vida. Entonces, de alguna manera, lo que hacen estas otras dos psicoterapias es tratar de equilibrar, es decir: el hombre busca un placer y entonces lo que hace el cuerpo… el organismo, es tratar de equilibrar o regular ese placer o ese poder y, de alguna manera planteaban que al buscar el sentido, el ser humano estaba dispuesto o encaminado a buscar el sentido, no podría buscar un equilibrio porque se iba a quedar ahí… en ese orden de ideas, se habla de una tensión entre el “ser” y “sentido”… “la confrontación con el sentido” o sea, el ser humano esta orientado al sentido, pero confrontado con el sentido ¿Qué sería?

 

Juan Carlos: lo que pasa es que el sentido es un “poder ser”, el sentido es una tarea, es un trabajo hacia el futuro. Entonces hay una confrontación entre lo que tú eres ahora y lo que tú puedes llegar a ser; entre lo que tú en este momento estás haciendo y lo que tú posibilidad te permitiría, lo que tú podrías lograr, digamos: el mejor ser posible en la situación. Entonces, entre esos dos es donde se genera esa tensión que es la que te mantiene en movimiento.

En este momento, tú eres estudiante, peor como eres estudiante; tú quieres ser, quieres llegar a ser profesional. Ese querer llegar a ser; es la tarea, es el sentido que te va a llevar a ti o parte por lo menos del sentido que te va a llevar a ti, a recoger, a generar unas acciones que te permitan alcanzarlo eventualmente, es decir: esa tensión entre lo que tú eres y lo que esperas poder ser, es lo que te va a permitir a ti, llegar a esa condición del sentido.

 

Cuando tú te pones una meta material, por ejemplo: vamos a conseguir un carro que vale cinco mil millones de pesos ¿eso tiene algo de malo? Absolutamente nada, está muy bien, de hecho, es útil, practico, pero ¿Qué pasa cuando estés en el carro? ¿Qué pasa cuando efectivamente lo consigas? Pues que ya, no hay nada más que hacer porque ya lo conseguiste. Como ya lo conseguiste, ya lo obtuviste, ya no tienes ninguna otra cosa que te siga llamando, ya no hay ninguna motivación, no hay ninguna tarea adelante; ahí, ya llegaste al equilibrio, porque tú, estabas trabajando para conseguir algo y ya lo conseguiste. Y ahora que ya lo conseguiste ¿ahora qué?

 

El sentido, cuando es un sentido trascendente, siempre está un poquito más adelante, entonces tú siempre puedes ser un poquito más feliz; tu siempre puedes ser un poquito más amoroso; tú siempre puedes encontrar una nueva persona a quien amar; una nueva manera de servir; entonces, eso te hace mantener en movimiento esa tensión entre lo que puedes ser; entre el sentido que está adelante y lo que tú eres hoy; entre tratar de llegar allá y que eso nunca se alcance.

 

Lo material también funciona, pero tiene que ser intermedio, no puede ser el sentido final porque entonces se acaba.

 

Esteban: en eso que tú dices, uno puede contradecir un poco la visión psicoanalítica porque de alguna manera el placer es un efecto y no es el fin, y el poder no es un efecto sino un fin del fin, sería un medio ¡perdón! Sería un medio para llegar a ese fin.

 

Juan Carlos: ¡correcto! El placer es el resultado del alcance de un sentido del alcance de un valor. Cuando tú te concentras en el placer, el placer tiende a alejarse: digamos que a ti te gusta mucho el ajiaco en términos Bogotanos… el ajiaco es una de las comidas más espectaculares y, si a usted le encanta y le parece deliciosísimo y espectacular el ajiaco, y a usted lo ponen a comer ajiaco todos los santos días de su vida, tres veces al día durante 60 días; al final usted no quiere volver a ver un ajiaco en todo lo que le quede de existencia, porque el placer a la larga agota, porque el placer por el placer no es suficiente. Pero a mí me parece espectacular cuando mi señora madre prepara semejante olla de ajiaco para todos los “veinte y pico” que somos en la familia y nos sentamos todos en familia a comer, porque, no solo la sopa está muy rica ¡estamos reunidos! Estamos juntos, estamos en familia. Lo más rico del ejercicio es el valor que hay detrás de eso, es el ejercicio de la preparación que, por cierto, el mío es de campeonato mundial… el mío es famoso.

 

El tema es que eso funciona muy chévere, pero eso es un montón salvaje de trabajo, pon el ejemplo que tu quieras, pon un ejemplo más prosaico; pongamos el ejemplo de la persona que se la pasa buscando una pareja sexual tras otra: pues muy chévere y muy rico y muy bacano al comienzo, pero llega un momento donde tú te das cuenta de que todo es lo mismo, que al final siempre terminas haciendo lo mismo y al otro día estás igual de solo que como estabas.

 

Le pasa lo mismo que a la persona que toma para olvidar las penas, pero lo que pasa es que las “malditas” saben nadar… entonces, no gana nada con eso, al otro día tiene las mismas penas y un guayabo d ellos “demonios” … y entonces ¿Qué ganó con eso?... Mientras que cuando nosotros le encontramos un sentido y una lógica, ahí tenemos con qué trabajar.

 

El placer por el placer no funciona, el poder por el poder tampoco funciona y eso lo vemos en nuestros políticos. Se han preguntado ustedes ¿por qué alguien quisiera ser presidente de la república? Con semejante circo de país en que vivimos, semejante cantidad de problemas… ustedes han visto que: independiente del partido que uno sea, el que está arriba entra jovencito y sale hecho un viejito en 4 años… porque con semejante cantidad de “bonches”, semejante cantidad de líos por todos lados ¿por qué usted quiere hacer eso? Pues por el poder que eso implica, porque usted chasquea los dedos y se hace lo que usted diga… el control, el sobresalir… la persona entra en la búsqueda del poder o en la búsqueda del placer, precisamente cuando su vida no tiene sentido.

 

Yo llevo (efectivamente) 20 años con mi esposa, en 20 años nunca se ha presentado que ni ella ni yo, tengamos otra pareja diferente, es decir: yo nunca le he puesto los cachos a ella ni ella a mí. ¿en qué momento terminaría uno poniéndole los cachos? Cuando la relación ya no tiene sentido, cuando tú ya no encuentras nada ahí, cuando ya no genera ninguna importancia, cuando eso ya es una cuestión de compromiso, es un estar ahí porque ¿Qué más podemos hacer? Ahí, es cuando tú empiezas a buscar alternativas y poner sucursal, porque en ese momento ya no tiene sentido o ninguna gracia seguir al lado de esa persona porque no estás ganando nada, no estás consiguiendo nada. Por consiguiente, te consigues a otra más bonita, más joven, que sea mejor en la cama, que tenga más plata… otro man, un man más joven, más pinta… porque ya no tiene sentido seguir al lado con este.

 

Pero como el costo social es tan alto de mandar todo al chango, entonces tu prefieres hacer malabares y estar, pero no estar, decir, pero no decir. Y yo hasta ahora en las experiencias que he tenido no he visto la primera vez que el “suso dicho” personaje de verdad tire el matrimonio para quedarse con la sucursal, porque el costo que él tiene que pagar por eso es supremamente alto. Él tiene que ir y explicarle a todo el mundo y todo el mundo va a venir a preguntarle y lo van a juzgar, y todo el mundo va a tener que ver con el ejercicio, entonces, para evitarse eso prefiere hacer malabares más que tomar una decisión consiente y aceptar las consecuencias de su decisión.

 

Por eso ser autentico es tan difícil, porque cuando tú quieres ser autentico, tienes que aceptar el hecho de que a mucha gente no le vas a gustar, mucha gente no te va a aprobar; ser tu mismo es muy difícil precisamente por eso.

 

Egidio: ¿cómo se entendería precisamente ese sentido a través del sufrimiento? Porque uno lo esperaría a través de los valores y de las vivencias y las cosas buenas, pero ese sentido a través del sufrimiento ¿Cómo se explicaría?

 

Juan Carlos: porque partimos de una noción de que “todo pasa por una razón”. Voy a hacerles una pequeña incidencia personal:

Yo empecé mi vida académica, estudiando medicina, después de salir del colegio. Salí del colegio, presté servicio militar y luego entré a estudiar medicina. Y era una cosa que yo siempre había querido, era el sueño de toda la vida; desde niño siempre había estado en esa. Cuándo tenía como unos 15 años, un primo mío “que en paz descanse” que era el director del hospital regional del socorro, (entre otras cosas) me dijo: ¿quiere saber como es ser médico? Camine yo le muestro como es ser médico. Me fui con el de vacaciones 2 semanas y estuvimos en el Socorro, en Málaga, en Bucaramanga, en Vélez y lo acompañé a consulta, a cirugía… y dije: huy sí, esto es lo que yo quiero ser. Pero en realidad yo nunca me puse a pensar: ¿será que yo si soy bueno para esto? ¿será que tengo otras cosas más que hacer?

 

Y el que hacer del medico cuando tú lo ves de afuera, es muy chévere. Esta en cirugía y ver… pero, la tarea real es un poco más compleja.

 

Cuando entré a estudiar medicina, descubrí que no tenia la disciplina y tenía el gusto, pero no la pasión por el ejercicio; resulté estudiando medicina 3 años y durante esos 3 años hice solo 3 semestres. Al final de esos 3 semestres; hice el primero y lo pasé por los “meros pelos”, hice el segundo y me lo tiré; me mandaron 6 meses de vacaciones forzosas, volví a repetir segundo en la misma universidad y lo pasé otra vez por los pelos; hice tercero y me lo tiré otra vez; y otra vez para afuera.

 

En ese ejercicio lo que me dijo mi papá fue: mire, yo no le voy a decir a usted que no le doy más estudio porque yo no soy capaz de hacer eso, pero le digo lo siguiente: (aunque la realidad mostró ser diferente) yo trabajo hasta el 31 de diciembre del año 2000 y no trabajo un maldito día más en la vida; ahí verá usted, después de ahí es su problema, siga perdiendo semestres. Yo dije: tiene toda la razón (además que medicina nada menos que en la sabana) suavecita la cantidad de plata que estaba desperdiciando. ¡entonces! Yo tengo que replantearme la idea, venga y miramos cual es el ejercicio; me tocó preguntarme a mi mismo, mi mismo ¿a la larga que es lo que usted quiere hacer? Pues, ayudarle a la gente, ok ¿cómo se hace eso?

 

Yo empecé a averiguar carreras y descubrí una cosa muy simpática; uno puede ayudarle a la gente desde cualquier carrera, siendo arquitecto, siendo ingeniero, siendo médico, siendo cualquier cosa. Entonces, ¿cómo quiere ayudarle a la gente? Pues, a mi me gusta dar consejos, soy bueno para hablar con las personas; yo quería ser psiquiatra, pues que tal “psicología”. Mi novia de la época que era psicóloga también me dijo: yo siempre le vi perfil de psicólogo… pues ensayemos; ahí fue donde encontré mi vocación y mi profesión y mi futuro porque conocí a mi esposa ahí.

 

Entonces, efectivamente ese era el ejercicio. Y haber tenido que abandonar la medicina que había sido el sueño de toda la vida, “tuvo sentido”. Oiga ¿Y esos tres años sirvieron? Para empezar me validaron 8 materias en la sabana, entonces de por sí, me sirvió un montón porque me dio tiempo de acomodarme en el otro lado, me dio tiempo de descubrir que era lo que yo verdaderamente quería ser, me dio tiempo de encontrar lo que era sentir pasión por un tema y, me dio una fundamentación biológica que a la fecha de hoy me sigue sirviendo y que soy capaz de hacer todavía muchas cosas interesantes desde lo básico; no tengo pretensiones de médico, pero todo el tema anatómico, articular… yo puedo tocar a una persona y decirle: hermanito váyase pal medico usted tiene una inflamación en ese colon espantosa; eso lo alcanzo a hacer.

 

Es decir: me sirvió mucho, me ayudó mucho y, sobre todo, me hizo pegar la cabeza sobre los benditos hombros porque cuando entré a psicología venia en otro estado, porque ya venia muy consiente de muchas cosas.

 

Tuvo sentido, tuvo propósito, a pesar del dolor que implicó para mí, tener que abandonar el sueño que había tenido toda la vida.

 

Egidio:  el concepto de sufrimiento uno lo entiende más como de perdida, en ese sentido. Es lo que uno siempre buscaría ayudarle al otro ¿cierto? Desde el sufrimiento…

 

Juan Carlos: para mí ese fue mi sentido.

 

Esteban: también se entiende el sufrimiento más como un tiempo de purificación, desde lo religioso.

 

Juan Carlos: un poco sí, un poco no. Depende de la perspectiva religiosa que estés tomando porque por ejemplo los budistas: consideran que el sufrimiento se debe acabar y que la tarea del hombre es anular el sufrimiento, anulando el deseo. Mientras que para los acetas: consideraban que mortificando el cuerpo se purificaba el alma, esa era otra concepción del sufrimiento. Los estoicos creían que soportar el sufrimiento era una forma de crecimiento propio, y la logoterapia tiene mucho de estoicismo…

 

Esteban: desde el cristianismo es “cargar una cruz” …

 

Juan Carlos: pero porque esa es una forma de acercarte a Dios.

De alguna manera no se trata de encontrar lo bueno porque ¿qué de bueno puede tener? Pero si de encontrar ¿para que sirvió? ¿Cuál fue el propósito? ¿Cuál fue el significado de ese sufrimiento?

Obviamente uno no entiende eso en el momento ¡claramente no! Claramente cuando tu estas en medio del sufrimiento tan espantoso… dígale usted a la persona que acaba de perder a su mamá o a su hijo: ¡no! es que esto tiene sentido… a ver la persona que le contesta, lo tira por la ventana como mínimo. Obviamente que usted en ese momento no quiere escuchar eso, igualmente, aunque sea una persona muy religiosa, si usted le dice: era la voluntad de Dios… le pega una bofetada. Porque claramente en ese momento no, con el tiempo va a entender para que le sirvió, que pudo aprender, que pudo construir a raíz de eso; de alguna manera porque eso tenia que suceder para que usted llegara allá.

 

Juan pablo días del castillo, el de SAPS, tiene una frase que a mí me gusta mucho: “Dios tiene solo 3 maneras de contestarle; si, no, bueno si insiste”. Le dice que sí si le conviene, le dice que no si no le conviene, pero si usted en eso se quiere meter; hágale “papito”.

 

Ahí es donde está el ejercicio desde una perspectiva religiosa. Ahora, lo que busca la logoterapia es más ayudarle a que la persona descubra no tanto lo bueno en el sufrimiento sino una razón para sufrir con dignidad, un propósito, una tarea que se puede obtener a raíz o a pesar de ese sufrimiento.

 

No es que el sufrimiento haya que buscarlo, no es una postura masoquista porque igual el sufrimiento se va a presentar; eso es inevitable. El sufrimiento, la enfermedad y la muerte son connaturales al ser humano, eso siempre va a suceder. Eso no le quita la dignidad a la persona; ni mucho menos.

 

Esteban: siempre vamos a tener un condicionante frente a la libertad, más eso no quiere decir que no podamos ejercer nuestra libertad, siempre vamos a tener la libertad de tomar una actitud frente a… hay cosas que nosotros no podemos cambiar, es decir: hay un problema que por más que yo quiera y ponga mis fuerzas no puedo cambiar o modificar, pero si puedo cambiar mi actitud frente a ese problema.

 

Juan Carlos:  así mismo. Cuando yo no puedo cambiar la situación, me queda el desafío de cambiarme yo.

 

Carolina H:  ese sería el desafío con las personas que sufren de depresión, es un desafío bastante grande…

 

Juan Carlos: claro. Lo que pasa es que también depende del tipo de depresión (creo que eso lo habíamos hablado en algún momento) porque una depresión endógena, por ejemplo, no va a responder a ningún tratamiento psicológico, porque consiste sencillamente en una incapacidad del cerebro de producir suficiente serotonina y dopamina, entonces ahí la única cosa que realmente se puede hacer, es darle una pastilla; porque ahí no hay mucho más que hacer, no hay más alternativa.

 

¿Que entramos nosotros a trabajar? En evitar las secundarias, las depresiones asociadas, en que la gente no se sienta triste por estar triste, que no se sienta mal por estar mal. Porque el se va a sentir culpable por sentirse deprimido, peor no puede ser culpa de él, porque él no lo puede evitar, no depende de él. Eso está más allá de su habilidad.

 

Pero cuando la depresión es exógena, es decir: por motivos externos, lo que podemos hacer es ayudarle a la persona a encontrar otras razones (en un primer momento) otras razones; lo que llamamos: las huellas de sentido. Ese incluso es un ejercicio bonito para que usted lo intente: cuando ustedes se levanten por la mañana, cojan un papelito de su mesa de noche y escriban 3 razones para levantarse el día de hoy. 3 razones cualquiera. Al principio puede que resulten puras bobadas, pero con el tiempo usted se va a ir dando cuenta que el ejercicio se refina solo, con el paso de los días y usted empieza a encontrar cosas en común, esas cosas en común son sus huellas de sentido.

 

En una ocasión (y el culpable de eso fue el “sonso” del Juan Pablo Días del Castillo) estábamos preparando un proyecto para cuando tuvimos el programa en la radio María, con él. Estábamos solos en el colectivo allá en las instalaciones que tenían en… y estábamos haciendo el proyecto porque todos los chicos habían salido ese fin de semana, entonces estábamos los dos aprovechando la oficina para trabajar.

 

Cuando suena el teléfono ¡se va este menso a contestar! Y al rato dice: venga Juan Carlos que lo llaman… y yo: aló. ¡aló! ¿con quien hablo? Me dicen: Juan Carlos Carbajal, ¿usted es psicólogo?... yo cerré los ojos y dije: “este es mucho miserable” … ¡sí! No, es que… y me empieza esta mujer a contar semejante rollo por el teléfono. pues este tonto lo que le dijo fue: espéreme le paso a un psicólogo “creerán”. Ahora ella estudia psicología y creo que está ahora terminado su doctorado… pero en ese momento Juan no era psicólogo, entonces me la botó a mí... empiezo yo hablar con la señora, y la señora tenía una depresión posparto… entonces, yo le digo: yo quisiera hacerte una pregunta con todo respeto… ¡claro doctor! ¿Cómo hiciste para levantarte a llamarme?... ¿Cómo así? Pues sí, entiendo por lo que tú me dices, que te sientes muy mal, que te cuesta trabajo, te sientes deprimida, triste, no tienes energía; pero pudiste venir a llamarme ¿Cómo le hiciste?... ¡ha! Pues porque yo tengo que levantarme, darle de comer al bebé, preparar el desayuno de mis hijos, arreglar a mi marido… óyeme, pero eso suena como si tu marido y tus hijos fueran muy importantes para ti. ¡claro doctor! Ellos son la única razón por la que yo me salgo de la cama… ¡ve! ¿Y no serán ellos el sentido? Y se quedó callada… tiene razón. Ahí le ayudé a encontrar su huella de sentido.

Vale la pena aguantarme el malestar que siento, en función de que mis otros dos hijos y mi marido estén bien, mientras que yo me recupero de esto.

 

Entonces ahí le das una huella de sentido para que ella afronte su depresión. Que si se trata apropiadamente no suele ser grave, o suele terminar en desastre. Eso sería un abordaje desde el sentido para el tema de la depresión.

 

Egidio:  entonces, ¿el ejercicio se puede aplicar con las personas cuando lleguen al consultorio a ver cuál es la huella de sentido que ellos le van a encontrar a esa experiencia que tienen de levantarse?

 

Juan Carlos: ¡correcto! Esa es una de muchas figuras, tu puedes trabajarlo desde el autodistanciamiento, desde la derreflexion, pero básicamente la estrategia es hacer dialogo Socrático como para ayudarle a encontrar una vía para salir adelante.

 

Egidio: eso es lo más importante en esta terapia… Juan, el habla mucho del “homo patiens” hace la diferencia del homo sapiens y el homo Faber. ¿El por qué hace tanta referencia en sus textos y en todo de esos tres conceptos Juan?

 

Juan Carlos: porque la sociedad contemporánea lo que ha venido generando y lo que ha venido buscando es premiar al homo sapiens “el hombre que piensa”, y cuando tú eres filosofo y eres muy inteligente y hablas muchos idiomas y sabes de todo, todo el mundo te admira y quiere contigo.

La gente, la sociedad promueve mucho al homo Faber, “que hace”, el que obtiene resultados, el que construye, el que hace, el que es buen deportista, el que es buen profesor, el que es buen psicólogo, al que es buen…  por lo que hace y por lo que tiene. Peor cuando usted menciona al que sufre, nadie quiere saber de eso. Si usted ve a una persona que se sube al bus y arranca a cantar y canta una buena canción y después cobra; la gente le aplaude. Pero si la persona se sube y antes de empezar a cantar hecha el cuento “es que mi hermanito” … es que mi mamá… y por eso les vengo a cantar esta canción… la gente le da la espalda, la gente no quiere saber de su sufrimiento. La gente no quiere hablar de que las personas sufren, porque ver el sufrimiento del otro le hace recordar su propio sufrimiento y el no quiere saber de sufrimiento. A el le encanta saber de los que hacen y de los que piensan, pero no quiere saber nada del que sufre. Ese es el homo patiens, porque paciente viene de patiens, que es: el que “sufre”.

 

Por eso lo que el dice: que nosotros nos hemos olvidado del sufrimiento humano, entonces, en lugar de hablar del sufrimiento humano hablamos del inconsciente, de la cognición, hablamos de la conducta, hablamos de la pauta, hablamos del lenguaje, pero no del sufrimiento, no hablamos y no tratamos del dolor humano porque es más fácil “hacer”, entonces es aplicarle la técnica para… y es a eso a lo que nos dedicamos, en lugar de ¡venga! Lo conecto, lo entiendo, lo comprendo, lo acompaño. Y con eso entonces, le ayudo a superar su sufrimiento, pero no, porque en una de esas va y me contamina, en una de esa va y me salpica…

 

Egidio: o sea, que uno tendría que estar muy bien preparado para mirar el sufrimiento y el dolor del otro, que ese es uno d ellos grandes problemas que tenemos a veces en psicología ¿cierto? Que hay psicólogos con muchos problemas al interior.

 

Juan Carlos: pero no solo con muchos problemas, porque siempre vas a tener tornillos sueltos, de hecho, yo soy de los que creen que si uno no tiene una tuerca suelta no puede hacer el ejercicio… pero no solamente el problema es que usted tenga una tuerca suelta, el problema es que usted no sabe cual es la que tiene suelta…

 

Egidio:  es más grave

 

Juan Carlos: claro, porque usted no reconoce cuales son sus tuercas sueltas, si usted no sabe cuál es la tuerca que suena cuando usted sacude la cabeza, termina poniéndosela en la cabeza al otro.

 

No se si ustedes ya han tenido experiencia en terapia, pero generalmente no existen las coincidencias sino las Diosidencias, es decir: usted está agarrado con su mujer y todas las terapias que le llegan son terapia de pareja y tú le dices al paciente: mira tu no haz pensado… y una vocecita por allá dentro de la cabeza le dice: si se escucha pendejo, se escucha lo que está diciendo, si se oye… porque le coincide.

 

Si usted tiene claro por ejemplo, que usted tiene un prejuicio (fue mi caso y me pasó) que usted tiene un prejuicio con el tema del aborto, pues, usted tiene que tener cuidado al momento de manejar pacientes con eso porque es muy fácil que usted termine juzgando a la persona, (que fue mi caso) y yo hice todo el ejercicio cognitivo de evitarlo pero no se pudo, y la paciente no volvió porque se sintió juzgada y se sintió juzgada porque yo la estaba juzgando… eso es una condición que es muy propia mía. ¿Por qué yo nunca trabajé en la época en que hice terapia? ¿Por qué yo nunca trabajé con maltrato intrafamiliar? Porque el único pensamiento que me entra a mi en la cabeza cuando veo al desgraciado que le dio semejante levantada a la mujer o al niño es: “le voy a partir los dientes”. Y si yo estoy en ese plan, pues no le puedo ayudar, porque lo que estoy buscando es acabarlo y no ayudarle. Supera mi capacidad de aceptación eso… con lo cual queda también dicho que la capacidad de adaptación en ningún ser humano es absoluta. Pero si tú no tienes claro como es… si tú eres homofóbico; pues no atiendas pacientes homosexuales. Primero trabaje en su homofobia, pero si la cosa le gana, por lo menos no le haga el daño al otro de recibirlo…

 

Entonces, no es que uno tenga que tener las tuercas ajustadas porque nunca va a pasar, pero si por lo menos reconocidas, para saber en qué se mete, en que no se mete y por donde le hago y que no le hace y no terminar haciendo más daño que bien.

 

Esteban: de todas maneras, toda persona que llegue donde uno, siempre carga es su dolor; así sea algo muy simple y muy sencillo, en el fondo siempre va a ser algo doloroso, por eso está yendo a consulta.

 

Juan Carlos: además, hay que ver una cosa: es simple o sencillo para ti, pero para él es grave. Es lo mismo que pasa con el niño cuando está llorando y super triste porque su amiguita hace tres días que no la saluda… usted: ¡hay que bobada! Para usted es una bobada, para ella es gravísimo. Entonces hay que aprender a comprender el sufrimiento del otro, lo que pasa es que cuando uno se acerca mucho al sufrimiento ajeno y ve lo que algunos tienen que vivir, empieza a pensar que uno a la larga no tiene problemas… cuando uno se da cuenta por las cosas que algunos pasan, empieza a creer que uno a la larga no tiene de que quejarse.

 

Egidio: por eso es bueno saber el sufrimiento del otro para uno decir: bueno, lo que yo tengo es un “uñero” …

 

Juan Carlos: no es nada comparado con semejante lío.  Con las familias de los chicos adictos que yo conocí (que usted viene a enterarse, Dios me ampare y me favorezca) que su hijo, su hija, lleva 4 o 5 años consumiendo drogas; después de 5 años se viene usted a enterar. A parte porque uno nunca debe subestimar el poder de la negación, haga lo que haga no subestime el poder de la negación.

 

La mamá de un paciente que yo tuve, 16 años el “chino”: la señora abre la puerta del armario y la golpea el olor a mariguana… ¡sabe lo que le dice al chino? ¡huy! Mijo usted que es lo que está fumando ¿piel roja? No fume esa vaina que eso huele muy feo. Es mejor no saber… no indagar… supongamos que ella no sabe a qué huele la mariguana “puede ser”, pero sabe que eso no huele a cigarrillo, tiene claro que ese no es olor a cigarrillo, sin embargo, para ella es mejor no saberlo. Es mejor no darse cuenta.

 

Egidio: cuando se habla del concepto de autoactualización; es que uno recobra como el sentido o la experiencia vivida y empieza a reformarse uno o ¿Cómo se entendería?

 

Juan Carlos: Maslow hablaba de la autorrealización en términos de llegar a explotar o a lograr el máximo de tu potencial, pero Rogers, por otro lado, habla de auto actualización que, en lo que consiste, es en la noción de que tú siempre tratas de ser mejor, siempre tratas de ir más allá, de mejorarte a ti mismo. ¡Ojo! que ser mejor no significa ser bueno, un buen ejemplo de eso es nuestro “amigo” Pablo Escobar. Él decía en las entrevistas que él quería ser más buscado que Alcapone, él se propuso a lo largo de toda su vida, ser el mejor criminal posible y lo fue, lo logró. Él quería ser mejor; no más bueno ¡mejor! En ese mundo y en ese contexto, el que se muestra como bueno, se muestra como débil y si usted está débil, esta muerto.

 

Esteban: el texto lo nombra como: “ir en busca de las potencialidades”, y nombra a Sócrates, que Sócrates confesó “que él poseía en su interior la potencialidad de un ser criminal, pero él decidió no llevar eso a la materia. No siempre las potencialidades tienen que obedecer a lo positivo.

 

Juan Carlos: además, todo aquel que es capaz de generar una enorme luz también es capaz de producir una gigantesca oscuridad… mire no más nosotros los psicólogos: usted es capaz de escuchar a una persona y hacer le una confrontación, una devolución, decirle algo que le ayude a esa persona a mejorar y a llevar a delante su proceso ¿verdad?... también podría hacer lo contrario; también podría encontrar cual es su punto débil, que es lo que le duele y decirle una vaina que sea tan dura que le cause una depresión suicida. Causarle un daño tan fuerte, decirle una cosa tan tenaz que le raye la cabeza y lo ponga tan mal que lo lleve al suicidio.

Si lo hacen los mismos compañeros de clase, cuando se la montan más de la cuenta; usted solo tendría que decir 3 palabras.

Que nosotros antes hacemos todo lo posible por evitar ese riesgo es otra cosa, pero que nosotros tenemos el poder, así como tenemos el poder de hacer mucho bien, tenemos el poder de hacer mucho daño; por supuesto.

 

Egidio: mirando esto, me surge una inquietud. ¿Cómo se trabaja toda la logoterapia con niños?

 

Juan Carlos: para eso tendríamos que hablar más bien con clarita, con Clara Martínez que es muy amiga mía…

 

Egidio: …uno como adulto empieza a reconocer la parte del existencialismo, la fenomenología… y ¿Cómo vive uno? Pero un niño tiene otra estructura mental apenas desarrollándola, como vería todo este concepto de la vida…

 

Juan Carlos: es simpático. Alguna vez escuché una conversación o leí en alguna parte, que le dice uno d ellos niños que estaba hablando con la tía, le dice: si, eso fue un fracaso. Y el hermanito le corrige: no, un tortazo. ¿un tortazo? Sí. ¿entonces que es un tortazo? Un fracaso es cuando usted quiere hacer algo y no lo logra y eso si que es un tortazo… los niños entienden la vida diferente, pero la entienden. Ellos tienen su interpretación ¡y cogen unas! Impresionantes. Ellos saben lo que está pasando y descubren el tema. Los niños a la larga descubren y una de las cosas más difíciles de descubrir en la vida es que: “papá se va a morir algún día”. Porque no duramos para siempre.

 

Una vez un primito de mi esposa, un niño chiquito; llorando decía: ¡hay! Es que yo no tengo esposay que tiene mi amor, tu estás muy chiquito, todavía no tienes que tener esposa… pero es que si yo me muero ¿Quién me va a llevar flores al cementerio?... en realidad, lo que el niño hizo fue conciencia de que un día se iba a morir…

 

Ese tipo de ejercicios, son los que generan esos cambios. Los niños entienden eso, el niño entiende que hay un propósito. La estrategia de Clarita se llama “Faros de sentido” y ella ayuda a los niños a dibujar un faro… y a través del ejercicio ella hace que el niño coloque en la punta del faro aquello que le da más propósito a su vida ¿Qué es lo que el niño quiere lograr? ¿Qué es lo que el niño quiere conseguir? Grande o chiquito ¿Qué es lo que quiere conseguir? Ese es el ejercicio de los Faros de sentido de alguna manera…

 

Egidio:  a mí en estos días me llamaron de un colegio donde estuve haciendo práctica, que les colaborara con unos casos, entonces yo decía: desde la logoterapia aquí hablar del existencialismo, del sufrimiento y las cosas… no es por ahí. Entonces tan interesante mirar como se puede abordar algunos problemas de ellos o situaciones para mejorarles la calidad de vida o para mejorales el sentido de vida. Aunque como vos decís: “ellos tienen otra visión muy diferente” a la que uno va planteando.

 

Juan Carlos: por eso digamos que la estrategia básica no solo con niños, con cualquiera es primero: calle la boca y escuche. Escuche, pero de verdad escuche lo que el otro está diciendo. Porque ese ejercicio es el importante, tratar de hablarle a un niño de 7 años de existencialismo no va para nada, pero él entiende que es la vida para él, el entiende que es lo importante.

Ahora también hay que mirar realmente ¿el problema es de él o es de los papás?

 

Egidio: uno viene a descubrir que la mayoría es de los padres.

 

Juan Carlos: porque es la manera en que el papá maneja la situación lo que realmente dificulta las cosas.

 

Egidio: y con un poquito de colaboración de los profesores, la cosa se vuelve más dura…

 

Juan Carlos: más de un poquito muchas veces… Yo recuerdo cuando estaba niño en el colegio, había un chico al que todo el mundo se la tenía montada, pero había uno en particular que lo tenia “alto del suelo”. Y como el chino era más alto, menos fuerte, menos hábil, entonces no se podía defender y se la ponían complicadísima. Hasta que un buen día desafió al que se la tenía, pero de montada, lo desafió a darse en la cabeza ahí en el parque. Salieron con toda la gente… cuando llegaron allá al parque, el otro le fue a pegar un puño y este; el más flaquito, sacó una varilla de atrás, una varilla de media pulgada y se la puso en la cabeza… le abrió la cabeza, que todo el mundo salió a cogerlo porque sino lo agarran lo había matado a varillazos en el piso. Pero le abrió, le fracturó la cabeza, mejor dicho. Y eso ¿fue culpa de quién? Eso fue culpa de todo el contexto, porque los profesores: “eso son cosas de chinos”. El papá: “a pues, no se deje”. Nadie lo respaldó, nadie lo ayudó, entonces el chino tuvo que recurrir a la forma que fuera pa quitarse al otro de encima y la forma que fuera fue cogerlo y ¡pa! Afortunadamente no fue más grave, pero le abrió la cabeza al otro, les tocó cogerle puntos por el varillazo que le dio. Mejor dicho, tiró a matarlo. A eso se llega, porque nadie hace nada, porque los adultos que son los que están encargados de la situación dejan la vaina quieta, porque el profesor dice: “más bobo el que se deja”. Como puede ser esa la respuesta de un docente ¡por Dios! Hasta que el otro toma una medida desesperada y ahí si todo el mundo arma el escándalo “hay como se le ocurre, pero la violencia” … si en este colegio no se da la violencia, no se da la violencia, pero nadie lo respalda a él cuando todo el mundo lo tiene seco hace 7 meses…

 

Egidio: con ellos si debería hacer uno unos procesos diferentes. Yo pienso que la educación en el sentido de estos profesores de tantas edades, tantos años creyéndose los sabios, que se la saben todo; es muy duro trabajar con ellos…

 

Juan Carlos:  les voy a mandar un link para un artículo, un blog que yo escribí sobre ese tema. Que se llama: la tarea de enseñar Vs el cansancio de dar clases, que es justamente frente al tema del sentido de ser docente.

http://red-rilo.blogspot.com/2015/05/la-tarea-de-ensenar-vs-el-cansancio-de.html

 

Ese blog habla de eso: muchas veces lo que termina pasando es que los profesores entramos en una situación de desesperanza, angustia, porque empezamos a pensar que nada vale la pena, que no tiene sentido, que igual no podemos hacer ningún cambio, que igual no podemos lograr ninguna diferencia; pero el tema es que la expectativa nuestra es equivocada porque nosotros estamos pretendiendo ser nosotros los que hacemos el cambio o sea que nosotros vamos a cambiar a los chinos o que los chinos deberían cambiar gracias a nosotros, y ninguna de las dos es verdad.

 

Egidio: ¿Por qué no es verdad ninguna de las dos?

 

Juan Carlos:  porque ni nosotros tenemos el poder de cambiar a nadie, menos mal; ni ellos tienen ninguna obligación para con nosotros, ellos cambian cuando y si quieren; es decir: yo si pienso que (ahorita que hablábamos del sufrimiento) que los psicólogos somos a la larga los antibióticos emocionales de las personas. Cuando a ustedes les mandan un tratamiento de antibióticos, el medico por alguna razón que sucedió ¿ustedes se toman todo el tratamiento completo? No… ¿hasta cuándo se lo toman?

 

Carolina H: hasta que ya me siento bien.

 

Juan Carlos: exactamente es lo mismo. La gente viene a terapia porque está en la maldita sea, está en la espantosa, se quiere mejor dicho morir, se está volviendo loco y viene a terapia. Y deja de venir a terapia cuando ya se siente mejor. La persona viene a terapia porque quiere mejorar su autoestima o eso creemos nosotros, pero resulta que dentro del proceso de terapia consigue novio o novia y ya no volvió. Porque quería sentirse mejor consigo mismo o consigo misma y al conseguir pareja ya se siente mejor y ya no vuelve…

 

Egidio: esto seria lo mismo que le pasaría a los militares en esa labor que ellos hacen, ellos ven el sentido del honor, de cuidar a la persona y todo… pero cuando ven la realidad, es que no, nadie quiere.

 

Juan Carlos: además estar arriba en el monte es una experiencia completamente diferente… es muy “berraco”, usted lleva cinco días caminando monte arriba, le quedan otros tres para llegar a la base, ya se le acabaron los recursos, se le acabó la comida, ya no tiene nada. Encuentra al campesino ahí en la finca por allá metido en medio del monte y le dice: hermano véndame una gallina. ¡No, no puedo! No sea así yo tengo plata, véndame la gallinita mijo porque necesito darle de comer a mis hombres… ¡No, yo no puedo! ¿usted no se la quita? Se la quita hermano, usted necesita comer. Y ¿Por qué el no se la vende? Porque si se la vende después viene la guerrilla y lo ajusticia… entonces usted se lo quita o le quita la ternera o lo que sea, usted necesita darle de comer a sus hombres y quedan 3 días y ya no hay con qué. entonces ¿mucho el criminal? Pues sí, no es que haya mucha alternativa. Cuando usted está en un enfrentamiento y le están disparando, usted dispara para el otro lado… tiene que sobrevivir. Usted puede escoger no disparar, pero eso implica escoger dejar que lo maten.

 

Egidio: nadie está preparado para eso.

 

Juan Carlos:  por lo menos no en este contexto… a usted le dan una orden bien espantosa, usted puede no cumplirla, pero eso le cuesta la carrera.

Una vez: mi coronel para reportarle. Deme el reporte. 5 capturados y 15 heridos… ¿Cómo? 15 capturados y 15 heridos mi coronel… ¡como que 20 muertos! Si, si 20 muertos mi coronel. Yo no le di ninguna orden, yo comprendí mal lo que me está diciendo. Y usted puede decir que no, pero que precio va a pagar por eso. ¿está dispuesto a pagar el precio? Es muy difícil.

 

Entonces estar uno sentado en la comodidad de su casita, calientito viendo televisión y juzgando al otro, pues es muy cómodo mijo. Vaya súbase, después de que usted ha estado 3 tristes días allá con el fusil al hombro viene y me cuenta como era, ahí si viene y me dice lo fácil que es eso.

 

Cuando usted ha visto a los otros asesinar a sus amigos, es muy fácil usted no hacerles nada. Por eso es que lo de los derechos humanos y todo ese tema es tan importante, porque la guerra saca lo peor de la gente, la guerra saca lo peor de las personas. Si nosotros no le ponemos un limite a los que son, no los buenos porque los buenos y los malos solo existen en las películas, pero si usted no le pone límites a los legítimos, pues vamos a salir de la sartén para caer en el fuego. Porque entonces estos van a ser igual de salvajes y van a ser los mismos animales que son los otros… hay que poner alguna pauta en algún lugar porque de lo contrario ¿qué?

 

Si el otro está autorizado a robar, secuestrar, a acabar, pues entonces ¿qué hacemos? Cambiamos un bandolero por otro. Tiene que haber un punto donde haya un límite. “Que los otros se aprovechan de eso”, pues si, desafortunadamente si, pero es que es muy difícil. Y no estoy diciendo que los soldados son los malos, ¡claro que no!...

 

El tema es muy complejo. Yo descubrí eso cuando prestaba servicio en la policía; porque, aunque no tuve (gracias a Dios) estar en el monte, yo trabaje en el 112 aquí en Bogotá, y el 112 es la central de radio y la central; todo lo que sucede en el país antes o después pasa por esa oficina, en algún punto… yo era el que archivaba los reportes de la SIJÍN. Yo vi cualquier cantidad de cosas y llegué a comprender, uno: no es tan sencillo juzgar y dos: los buenos y los malos son los de las películas, porque en la realidad todo el mundo es una grosería cuando esta allá arriba, porque no es tan sencillo, no resulta simple hacer eso…

 

Esteban: ahora que hablabas de la autenticidad, ¿Cómo le trabaja uno a ese asunto? Obviamente pues uno debe ir a terapia también, pero como le puede uno ir trabajando a eso.

 

Juan Carlos: ser autentico es ser congruente, entonces lo primero que tienes que hacer es vivir según tu palabra, que quiere decir esto: “a mí me parece mal la corrupción y a mí me parece que hay que bajarles el salario a los congresistas porque son unos corruptos”. Lo para a usted el policía y usted le dice: “venga señor agente, hay 20.000 maneras de arreglar esto”. Y le contesta el policía: no, no… deme 50.000 motivos para no ponerle la multa”. Y usted debajo del pase le pasa el billete; no sea incongruente.

 

Coge el papá al Niño de la camisa y empieza a darle cachetadas: usted-por qué-arregla-todo-con-violencia-… ¡pues hermano! Un poquito contradictorio el mensaje.

 

- Una vez les dice un padre a los niños, el sacerdote: lo que pasa, es que, si ustedes se portan mal con sus papás, después, cuando ustedes tengan hijitos, los hijitos se van a comportar mal con ustedes… y un niño levanta la mano: ¡padre!... ¡Dime hijo! Pero es que, si nosotros nos portamos mal con nuestros papás, quiere decir que nuestros papás se portaron mal con nuestros abuelitos… (se la volteó el chino en un segundo).

 

- Mami ¿tu porque tienes unos pelos blancos? Mi amor, porque cuando tu me haces poner furioso, me haces poner triste, se me sale un pelito blanco. ¡haaa! Mami, ¿mi abuelita por qué tiene todos los pelos blancos?...

 

¿Qué tenemos que hacer nosotros? Congruencia. Si usted dice que está mal la violencia; no la use. Si usted está en desacuerdo con la corrupción; no lo haga. Si a usted le parece mal que las personas le pongan los cachos a la mujer, pues no lo haga usted y no se lo celebre a los demás. Así va siendo cada vez más auténtico. Si a ti algo te parece bien; di que te parece bien, si te parece mal; di claramente que no estás de acuerdo, sé claro en tus temas. Poco a poco tu vas cobrando confianza y vas sintiéndote cómodo contigo mismo, y en la medida en que te sientes cómodo contigo mismo, pues vas sencillamente siendo “tú” en la mayoría de los contextos.

 

Yo soy super “free” a mi me encanta “Dr. House” y los “comics” y todo. Y eso lo hablo con mis alumnos y nos sentamos a hablar de “anime” y ya tengo todas las películas de “manga” de “advengers”, Marvel, todas completicas… yo soy así y yo soy como soy. No voy a decir que en todos los contextos y que todo el tiempo… porque eso tampoco es cierto.

 

Porque tu vives en un contexto social y el más autentico no es necesariamente el más lleva la contraria ¡sí! Y cuando a ti se te olvida que vives en un contexto social, te pasa lo que le pasa a un gran amigo mío que se llama “Ernesto Rivera” que termina siempre peleado con todo el mundo ¿por qué? porque a él se le olvida que si: el puede ser muy autentico, muy el mismo y toda esa cosa, pero él vive en una sociedad. Usted no puede sencillamente hablar sin filtro y decir la primera brutalidad que se le ocurra, porque termina ofendiendo a la gente. Tiene que frenarse un poquito, tiene que pensar. Entonces, él que es un Rogeriano durísimo, además el hombre; tiene que entender que uno no puede ser totalmente autentico porque existen filtros, contextos. Pero para ser auténticos se trata de: empezar a vivir según tu palabra, sea consecuente, sea congruente. Eso es muy difícil, eso es más fácil decirlo que hacerlo, pero ha sido mi tarea la mayor parte de mi vida “tratar de ser congruente” …

 

Carolina H: creo que esa es la reflexión que queda de este encuentro ¿Qué tan congruentes estamos siendo?

 

Egidio: deberíamos de mirar siempre que terminemos así, una conclusión ¡muy buena la idea!

 

Juan Carlos: que tan congruentes estamos siendo ¿yo si vivo de acuerdo con mi palabra? ¿yo si hago lo que digo que hago?...

 

Egidio: uno tiene que tomar conciencia para hacer lo que digamos… si nos vamos a ir por este camino de logoterapia… tenemos que ser muy congruentes y coherentes y tener conciencia. Todos esos términos que trabajamos se tienen que reflejar en uno.

 

Juan Carlos: correcto. Porque de lo contrario se convierten en un sermón y los sermones no ayudan a nadie… no podemos construir en los otros aquello que no hemos construido en nosotros. Es complejísimo, pero es así y yo, esa frasecita se la machacaba a mis alumnos de humanismo en la Cooperativa todos los santos días de la vida, cada clase. Porque se las metí a la fuerza en la cabeza “no podemos construir en los otros aquello que no hemos construido en nosotros”. Si tú pretendes que el otro te crea que se puede hacer cualquier cosa, tienes que demostrarlo con tu vida, con tu experiencia.

 

Entonces yo, por ejemplo, soy un firme convencido de que todo pasa por algo, todo en la vida tiene sentido siempre y en todas las circunstancias y ahora mismo lo estoy experimentando. A mi hija hace un par de meses le detectaron epilepsia y no ha sido fácil y ha sido duro para nosotros y yo vivo con mucha angustia, pero estamos luchando por seguir adelante, por no rendirnos, por no tirar la toalla y por tratar de buscarle un sentido y una lógica y una forma de operar al tema. Y no ha sido fácil, nosotros no estábamos acostumbrados a tener que mirar tantas cosas y tener tantas variables y además ella tiene un temperamento bastante fuerte, entonces es complejo, pero ahí estamos, en la lucha y para adelante, sin rendirnos y tirar la toalla…

 

Egidio: muy interesante todo ese proceso, como uno se enfrenta a cosas que nunca creía que eso le pasaría a uno.

 

Juan Carlos:  es que todas las cosas le pasan siempre a los demás

 

Egidio: Y ahí empieza uno a mirar que fuerza y que fortalecimiento tiene, ahí si mira uno esos aspectos espirituales, mira uno todo el otro, la voz, el amigo…

 

Esteban: Irvin Yalom dice que “normalmente la angustia esta relacionada con la muerte”, siempre que uno está angustiado es porque de alguna manera es como una “sosofra” con la muerte.

Juan Carlos: eso es de un libro de él que se llama: “mirar al sol”. Pero tienes razón, lo que pasa es que Yalom es la otra punta de la escalera y que no es que esté mal tampoco, solo que no es la versión de Frankl. Para Frankl, la vida tiene sentido siempre y en todas las circunstancias, siempre. Pero, para Yalom, la vida no tiene sentido ni tiene porque tenerla. La tarea del hombre para Yalom, no es descubrir el sentido de la vida sino aprender a vivir con el vacío y el absurdo. Es exactamente lo contrario… ¡y también funciona! Es otra perspectiva del ejercicio…

Pero si tiene razón, de alguna manera la muerte, de acuerdo con Heidegger, el único limite real de la vida, el único límite real del hombre es la muerte ¿por qué? porque el hombre es el ser, porque es el único que se pregunta por si mismo; esa es la frase famosa de Heidegger: “el ser, es aquel que se pregunta por el ser”. Se queda uno como… ¡clarísimo! Eso si cualquiera lo entiende. Pero la razón de esa frase es precisamente eso, que solamente; el ser es el único auto consciente, es decir: solamente quien es consciente de sí mismo se puede preguntar por sí mismo. “un perro no se pregunta por su perralidad”, eso no sucede. Pero para el hombre si es importante porque de acuerdo a lo que tú pienses sobre ti mismo, es que vas a poder tomar algunas decisiones u otras.

Ese es el “ser”, el único existente es el ser, es decir: el hombre. Pero la muerte es el límite del ser porque la muerte implica dejar de ser. Entonces, no solamente estamos hablando de la muerte física sino, también estamos hablando en términos del cambio, porque cuando tú (Dios nos ampare y nos favorezca) cuando nos quitaron la tarjeta profesional, entonces yo tengo que dejar de ser psicólogo para ser ahora otra cosa, entonces tengo que morir a una cosa para nacer a otra diferente y eso no es nada sencillo. Eso da mucho miedo, porque ahora no sé qué viene adelante, “yo toda la vida he hecho esto y ahora que no puedo hacer esto, ¿entonces que voy a hace?” …  

Morir es dejar de ser. Entonces, todo cambio es de alguna manera una pequeña muerte, por eso nos resistimos horriblemente porque no se puede matar del susto… 

 

Escribir comentario

Comentarios: 0