LOGOTERAPIA: El hombre en busca de sentido.
Viktor Frankl.
Aplicado a mi quehacer y a mi vida personal
Psicóloga. Patricia Gallo
Fundador de ASOBIME
Esta historia es de un campo de concentración nazi en Auschwitz lugar de exterminio y de genocidio planificado, durante la 2ª Guerra Mundial; vista desde el interior por el autor, sus vivencias extremas y cómo sobrevivió a ellas.
“Me encontraba solo con mi existencia literalmente desnuda” dice Frankl, despojado de sus seres queridos de su profesión, de sus pacientes, de su querido hospital, de su hogar, de todas sus pertenencias, incluyendo el Manuscrito que estaba a punto de publicar. Todo su sentido anterior estaba perdido en ese momento…. y apareció un nuevo sentido: prioritario ¡Sobrevivir¡ en esas circunstancias tan adversas, e inhumanas de un Campo de concentración Nazi.
Auschwitz era un espantoso lugar donde estuvo a punto de morir, agobiado por el dolor físico y psicológico, rodeado de dolor, muerte, crueldad, atrocidades, desesperación y todos los horrores, totalmente abandonado, encontró aún en esas circunstancias sentido a su vida.
Lo más interesante del protagonista de su experiencia en el campo de concentración es la descripción que logra del perfil psicológico de los prisioneros y que él mismo constató. Las emociones, sentimientos, mecanismos de defensa, y neurosis por las que atravesaron durante el cautiverio, nos da tanta información de cómo el ser humano aun en las peores circunstancias puede superarlas y salir adelante.
Todo este proceso psicológico y emocional que padecieron se puede resumir en 3 fases:
La Primera Fase: El internamiento en el campo, se iniciaba con un comité de bienvenida, donde afloraban sentimientos de incertidumbre, expectativas de que quizás las cosas no iban a ser tan horribles, había una leve esperanza que saldrían liberados y todo se solucionaría…lo que en Psiquiatría se conoce como “Ilusión del indulto”.
En primera instancia experimentaban la ruptura de su identidad, dejaban de ser personas y pasaban a ser un número, eran despojados de todo, afectos familiares, vínculos, patria, creencias, de su propio nombre, status y posesiones. Era una fase de Shock muy intensa, aún no se temía a la muerte, eran incapaces de captar la realidad de su situación.
En segunda instancia, un hecho inesperado luego de la llegada al campo era la primera selección donde se hacía un veredicto de quien vivía o no, Auschwitz representaba toda la atrocidad del siglo XX, y ellos empezaban a darse cuenta lo que era realmente ese lugar: cámara de gas, hornos crematorios, inanición, trabajo forzado, crueldad, enfermedades, muerte, un horror al que el prisionero era obligado.
La Segunda Fase: era ya en si la vida cotidiana dentro de un campo de concentración que se caracteriza principalmente por el asedio de la apatía, una especie de muerte o anestesia emocional, mecanismo de defensa por la añoranza y nostalgia de la casa, la familia, de su vida pasada.
Todo esto era generado por un cumulo de emociones como repugnancia, piedad, indignación y horror vedadas en la psicología del prisionero. El tratarlos como animales jugaba un papel más lacerante que el de los golpes. Pero a la vez surgía una necesidad imperiosa de autodefensa emocional nacía el afán de no permitir que se le arrebate la humanidad.
La sexualidad y el sentimentalismos se vuelven inexistentes, una “insensibilidad”, como armadura de protección, eran inmunes a todo lo que pasaba. Las emociones empezaban a sufrir un retroceso, se produce una “hibernación cultural”, ya no importaba nada…ya se había perdido todo…pero a la vez, esto los protegía de ningún sobresalto emocional que los perturbara más, s alía un mecanismo de defensa de afrentar todo: el dolor, la injusticia, el hambre, el frio, la crueldad, el abandono.
Los acontecimientos más relevantes de esta fase era la posibilidad de los prisioneros de desarrollar una vida espiritual, las personas capaces de ello resistieron mejor, pudieron aislarse de su entorno, y refugiarse en su vida anterior, a su riqueza intelectual, y a su libertad espiritual, tenían sueños más realistas, sobrevivir a través de valores como la soledad y la intimidad de cada uno que nadie les podía robar, especialmente su libertad espiritual les generaba más sentido de valoración de las cosas, por ejemplo sorprendentemente se mantiene firmes la conciencia religiosa, la ideología política, o la creatividad artística, podían apreciar la belleza del arte o de la naturaleza, y la manera de acercarse a sus raíces, sentimientos y afectos, y lo más importante podían retraerse del sufrimiento incluso en las circunstancias más difíciles, a través de la aceptación de este sufrimiento le encontraban un profundo significado a sus vidas. Se podía encontrar una razón para vivir.
Lo que más me llama la atención es como el autor descubre que aunque te roben todo no pueden arrebatarte la última de las libertades del ser humano como lo describe él, la capacidad de elección de su propia actitud de afrontar cualquier tipo de circunstancia y así decidir su propio camino.
La manera en que el hombre acepta su propio sufrimiento dándole un sentido, acepta que no puede erradicarse pero lo lleva a trascender sus dificultades y situaciones adversas. Aceptar lo que no hemos elegido, pero sin perder las esperanzas, y rescatando el valor significativo de la voluntad, es decir el deseo de salir adelante aún en situaciones límite.
Apelando a su dimensión espiritual. Lo más bonito, cuando todo se ha perdido, quedaba el AMOR, para no sucumbir, para poder salvarse; se podían aferrar a sus hijos, esposas, proyectos por realizar, entre otros.
“El amor trasciende la persona física del ser amado y encuentra su significado más profundo en su propio espíritu, en su yo íntimo”.
Otra expresión de sus emociones era el sentido del humor como forma de retraerse levemente del sufrimiento, otras emociones que experimentaban era la irritabilidad y su impulso hacia la violencia, como mecanismo de defensa, enmarcada por la persistente hambre que padecían y la falta de sueño, el cansancio, la fatiga y el miedo de su existencia provisional, hoy podía estar mañana no…
Pero su capacidad de elección les hacía sentirse libres: la actitud de la elección personal ante su realidad. Podía conservar la dignidad humana, o convertirse en una bestia.
Era una oportunidad para crecer espiritualmente, o sucumbir al aniquilamiento de la persona, era la oportunidad de encontrarle sentido a la vida.
Ya no había nada que esperar de la vida, sino que podía yo aportar.
En la Tercera Fase: de la liberación de los prisioneros, aparecían muchas emociones, mucha tensión, algunos no mostraban signos de alegría. No encontrar un sentido que de significación a mi vida hace que la persona sienta angustia.
La liberación no despertaba en ellos sentimientos, el estado de ánimo general, Frankl lo explica como un estado de “despersonalización”: todo era irreal, era sentirse cambiados a su forma anterior de ser, no tenían la capacidad de alegrarse, muchos prisioneros que vivieron en carne propia la brutalidad querían reproducirla, había cierta deformidad moral, desahogo mal canalizado, un desquite por lo que le habían hecho…además de otras experiencias mentales como la amargura y la desilusión, dañaban el carácter del prisionero liberado; seguía el sufrimiento aunque fuera ya libre de su cautiverio, la incapacidad del liberado para encontrar significación y sentido de responsabilidad de su propia existencia era el reto de la Logoterapia y así comprender que ya no había nada que temer, excepto a su DIOS.
Como lo puedes aplicar en tu vida personal, área de trabajo y/o con la población que atiendes?
Apelando a los recursos o herramientas que ofrece la LOGOTERAPIA: Una reflexión que le sirvió a Viktor Frankl para confirmar y acabar de desarrollar la Logoterapia.
Según esta técnica, la 1ª fuerza motivante del hombre es la lucha por encontrarle un sentido a su propia vida: VOLUNTAD DE SENTIDO (logoterapia).
Incluso en las condiciones más extremas de deshumanización y sufrimiento, el hombre puede encontrar una razón para vivir basada en su dimensión espiritual.
La jerarquía de valores es diferente en cada persona y éstos son los que determinan las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida: Lo primero que viven los prisioneros del campo de concentración es la primera selección, sus vidas dependen de la decisión de un nazi, aplicándolo en la vida personal y en el trabajo con otras personas puedo sacar la siguiente reflexión basada en la población que atiendo: madres gestantes en crisis.
Vivimos o vemos experiencias similares, no con la connotación de un campo de concentración nazi pero si con una gravedad y deshumanización total la cual denomino una cultura de muerte, determinada por personas, quienes deciden…si la vida de otro merece ser vivida o debe ser eliminada. SUS CRITERIOS: LA UTILIDAD Y LA MENTIRA. Su poder el de las IDEAS. (es una realidad).
En mi trabajo como psicóloga veo el sufrimiento de muchas mujeres en Colombia que han perdido a sus hijos, por secuestros, desplazamientos de sus lugares de origen, arrebatamiento de sus tierras, entrega de sus hijos en adopción, perdida de sus hijos por aborto forzado, violencia doméstica, y social por el narcotráfico, la guerrilla y el paramilitarismo, etc.
Han perdido todo, incluso yo soy una de las víctimas de esta cultura de muerte; mi primer esposo fue secuestrado y asesinado, quede viuda con 23 años y tres hijos. Mi fuerza motivante fue transformar el sufrimiento en fortaleza para sacar mis hijos adelante y auto realizarme como persona para un futuro mejor; (Empoderando mi rol de madre y forjándome como profesional en psicología).
La sociedad Colombiana para algunas personas era un continuo peligro por amenazas de fuerzas oscuras, que pretenden el control de las conciencias, expropiarte de tus bienes, de tus raíces e identidad, nada de virtudes, no valores, la disgregación de la familia, el totalitarismo (se imponen por la fuerza), exclusión de la religión y creencias, deshumanización del ser humano, manipulación del lenguaje, ataques a la vida, a los valores, a la educación, en resumen cambiar la mentalidad de las personas, destruirla.
Pero hay una contraparte esperanzadora: la cultura de la vida que fomenta la dignidad del ser humano y los valores. Convencida del valor sagrado e inviolable de la vida, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, la vida en cualquier circunstancia, que no discrimina, que no selecciona, toda enmarcada en los valores y en acciones positivas, de servicio y protección al más necesitado.
En la praxis con las personas que acompaño, la Logoterapia hace un gran aporte en la búsqueda de sentido de vida en las mujeres con embarazos inesperados, población que atiendo más en mi labor como profesional de la salud.
Ante el embarazo inesperado, hay múltiples emociones contradictorias que atraviesa la mujer, ella es como un tornado de emociones, inicialmente acuden con la idea de abortar a su hijo, el aborto sería esta huida, esta puerta falsa, que llevado a cabo por el miedo, la desesperación, las presiones internas y externas alrededor de la madre, acarrearía muchos problemas mayores. (Ver efectos psicológicos por aborto provocado).
Afrontar un bebé, la responsabilidad de un hijo no deseado, o enfermo, o bajo cualquier otra circunstancia, llevaría a la madre a madurar, a alcanzar la libertad interior, a pesar de todas las limitaciones externas. “la principal ayuda para la madre es su propio hijo”.
Para asumir el sufrimiento, para poder aceptarlo, se debe afrontarlo, debo hacerme responsable en este caso de mi maternidad, de mi paternidad.
Porque, “sólo mana la dicha pura, sólo brota la luz, si bebo, si incorporo el sufrimiento, si lo hago mío”. “si estoy embarazada seré madre para siempre, aun si el bebé muere”.
“Solo el sufrimiento asimilado deja de ser sufrimiento”. (Frankl), se convierte en fortaleza, ya no me focalizo en el por qué sino en el para qué?
Para poder afrontar el sufrimiento se debe trascender.
Sólo se puede afrontar el sufrimiento, sólo se puede sufrir con sentido, si se sufre por un algo o un alguien.
En este caso ese alguien es el bebé.
El sufrimiento sólo tiene sentido cuando se padece “por causa de”, así se trasciende.
“La autotrascendencia de la existencia humana se realiza en el servicio a una causa o en el amor a una persona, o sea al logos en sí, y como tal a un logos encarnado” (Frankl).
Mi sentido de vida es mi MISIÓN.
No puede ser más claro que este logos encarnado es el bebé.
El afrontar el sufrimiento responsablemente hará crecer a la madre y le dará un sentido a lo que ella no le encuentra de momento.
Un embarazo inesperado puede ayudar a la mujer a crecer o a arruinar su vida, todo dependerá de la decisión que tome, si opta por la vida o por la muerte de su hijo.
Pues el aborto es la mayor violencia contra la mujer y un ser inocente.